El 2016 arrancó para ser inolvidable.
No se acerque demasiado a la suelta de
globos. Las piñatas de la revolución de la alegría dejan caer pesadas piedras.
El comunicado de prensa del gobierno
nacional sobre endeudamiento por 5000 millones de dólares, y que implicará el
pago de más de 300 millones de dólares durante el año, se presenta con el engañoso
título "El BCRA fortalece sus reservas en 5000 millones de dólares", sin
mencionar las palabras "Endeudamiento, toma de préstamo, pago de
intereses".
Ese incremento de reservas no es gratuito.
Tiene intereses. Más de 4 mil millones de pesos se llevarán los bancos en un
año.
Esta operatoria requirió como paso previo
un canje de letras intransferibles del tesoro (financiamiento con tasa 0 de
interés) de 16 mil millones de dólares por bonos en dólares que ahora el BCRA
podrá colocarlos en el mercado.
Esas letras del tesoro no fueron papelitos
utilizados para pagar la fiesta fiscal del kichnerismo sino más precisamente
para pagar la fiesta del endeudamiento de gobiernos anteriores.
El estado nacional entregaba letras intransferibles, recibía dólares del BCRA,
y pagaba las deudas contraídas en anteriores gestiones.
En el gráfico, tomo como ejemplo uno de los
pagos realizados con reservas del BCRA. En el año 2005, Néstor Kirchner pagó al
FMI con reservas, se deshizo de uno de los acreedores implacables.
En el 2016, Mauricio Macri lleva el estado
argentino a las garras de los acreedores implacables.
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