COMBATIENDO LA INFLACIÓN


Es difícil que un argentino, no sienta escalofrío, cada vez que escucha la palabra inflación.

CFK debería sumar a Cavallo al gobierno,
como lo hizo Fernando De La Rúa. Ya que todos
los opositores coinciden con Cavallo, sería
bueno un consenso nacional alrededor de este
economista.-
La dirigencia política antikirchnerista, lastimosamente, a diario arremete con un cóctel de muletillas, con el burdo objetivo de potenciar ese temor nacional. La palabra inflación, es utilizada en una estrategia discursiva que se basa en apelaciones de temor.

El kirchnerismo nos conduce al caos económico.

Esa es la liviana idea que contiene el discurso opositor, funcional a quienes se llevan gran parte de la torta, y no al pueblo en general.

Es el relato del Apocalipsis que hundió a Elisa Carrió. 

Recurriendo a las apelaciones de temor, no se garantiza el éxito persuasivo.

En el caso de la Chaqueña quedó comprobado que las repeticiones de este tipo de mensajes generan un rechazo en la sociedad. El sociólogo Joseph Klapper decía que “Un auditorio en el que se provoca un exceso de ansiedad tiende al parecer a rehuir el mensaje, en lugar de prestar atención o aceptarlo”.

Pero claro que ninguno de esos dirigentes pueden decir, más de cinco palabras que se aparten del estándar explicativo ofrecido en cierta literatura económica.

En las góndolas, no se requiere ser un economista para detectar que los precios suben. Ese saber de las góndolas, es tomado por los medios dominantes, por los lobbistas de los mercados especulativos, con la intención de generar pánico social.

Los dirigentes que no tienen vergüenza política ni responsabilidad social, se suben a esa campaña de desprestigio de las acciones del estado, del maldito estado. Repiten las copiosas muletillas sembradas por la escuela de Chicago. Los supuestos progresistas se cuidan en no dar la receta para salir de la inflación porque quedarán en evidencia que harán exactamente lo que pregona Cavallo.

Todos repiten que la inflación es un impuesto encubierto, tal cual lo dijo Milton Friedman, el mayor exponente del modelo neoliberal: “La inflación es un impuesto que se aplica sin que haya sido legislado”. El economista, al decir impuesto, deja por sentado que el maldito Estado, es el padre de la inflación.

Es una visión que soslaya, por conveniencias, el poder de fuego de los monopolios, oligopolios, cárteles, trust, o más sencillamente de las corporaciones que dominan el andar de los mercados. Las explicaciones clásicas o neoliberales que pregonan libertad de mercado lo hacen bajo un supuesto- que por lo general no se da en la realidad- de un mercado de competencia perfecta, donde muchos jugadores compiten libremente hasta llegar al equilibrio macroeconómico.

Milton Friedman, decía que la inflación es una enfermedad cuya cura es detener las prensas impresoras de billetes. Los bancos centrales no deben dejarse presionar por los gobiernos de turnos para financiar el gasto público; tienen que parar la maquinita de hacer billetes.

Si tomamos el ejemplo de lo que aconteció en la Argentina en los noventa; apreciamos que el BCRA paró la maquinita, pero como contrapartida se vendieron empresas del estado, y se recurrió al endeudamiento para financiar los gastos del Estado.

Una vez que se llega al límite de la capacidad de pago del endeudamiento, el mercado que nomina y con la ayuda de las calificadoras de riesgo ataca, y todos nos hacemos expertos en el riesgo país que sube y sube, al igual que la tasa de desocupación, que las quiebras empresariales y la exclusión social.

En esta forma de pensar los bancos centrales son los arquitectos de la inflación, se dejan presionar por los gobiernos que buscan cubrir el déficit fiscal por medio de las emisiones monetarias. O sea, el maldito estado no debe tener injerencias en el Banco Central, debe abstenerse por completo.

¿En manos de quien debe estar el Banco Central? En manos de nadie, o mejor dicho en las manos invisible del mercado.

Pero si en el mercado hay pocos jugadores, entonces esa mano invisible es la de esos pocos intereses. O sea los bancos centrales deben responder a esos pocos jugadores que controlan el andar de los mercados. Con esa receta sencilla y fácil de aplicar ¿Quienes ganan a costa del empobrecimiento generalizado?

La Presidenta, ignora o niega la inflación, es otras de las muletillas vacías de conceptos que se reitera por la dirigencia opositora; y al mismo tiempo le pegan a Guillermo Moreno.

El neoliberalismo, llama a combatir el flagelo de la inflación, nunca a combatir el aumento de los precios. 

¿Por qué será? ¿No será por que los predicadores del neoliberalismo trabajan a favor de las altas tasas de ganancias de los sectores concentrados de la economía, y de los capitales financieros?   

Que un Mauricio Macri repita esas muletillas, es parte de lo previsible.

Ahora, cuando sectores autodenominados progresistas, repiten estas muletillas, nos debería guiar a la sospecha que estos muchachos no aprendieron las lecciones, y están sembrados de una idea, que como decía don Milton, lo importante en el plano de las ideas, no es lo que pueda ser cierto sino lo que sea considerado como cierto.

La palabra inflación es central en la prédica neoliberal. Bajo estos pretextos vaciaron a muchos países. Friedman, recorría el mundo para enseñar a combatir ese flagelo.

El premio Nobel de 1.976, no puso empeños para enseñar a combatir los monopolios, oligopolios, corporaciones formadoras de precios.

En la Argentina, tenemos un claro ejemplo del significado de la lucha contra la inflación.

Extirpar el flagelo de la inflación significó luchar a favor del achicamiento del Estado; luchar contra la soberanía monetaria; luchar a favor del endeudamiento nacional, que dejaba ganancias para los jugadores financieros; luchar a favor de la apertura indiscriminada del comercio exterior que desplace a la producción nacional y el empleo nacional.

La presidenta de los argentinos, lucha contra quienes suben los precios, y no contra la inflación.

No quiero decir con esto que esa lucha siempre sea bien llevada. Hay aciertos, y también errores. Cuando se desató el conflicto por las retenciones agropecuarias se hicieron visibles quienes están dispuestos a luchar en contra del aumento de los precios en el mercado interno; y quienes están dispuestos a entregarse mansamente a los intereses concentrados de la economía. También cuando se dio la discusión de la expropiación de las acciones de Repsol.

O ahora, cuando se da una lucha contra quienes presionan la moneda nacional, y pretenden darle entidad formadora de precios al valor del dólar que se compra y vende en el mercado negro. El estado no es el sinvergüenza, la evasión de impuestos también explica los desajustes de las cuentas nacionales en detrimento de los que menos tienen. Es muy sencillo condenar el gasto público que estimula el consumo de millones de argentinos, y a la vez salir en una defensa inescrupulosa de los evasores de impuestos bajo el pretexto que al gobierno nacional lo único que le interesa es “la caja”.

Que Domingo Cavallo critique al gobierno nacional, nos debe llevar a pensar que se está en el camino correcto, o por lo menos que no se está en ese atajo tan apreciado por los sectores financieros.

Que pena para aquellos que cuestionaban el modelo neoliberal, ahora coinciden con la mirada de Domingo Cavallo.

No se necesitan gladiadores contra la inflación sino gladiadores en contra de las corporaciones; gladiadores que busquen las mil y una maneras para incentivar la industria nacional, para sostener el nivel de empleo, y para sostener el salario real.

Al fin de cuentas, tenemos espejos en los cuales mirarnos para mejorar o para empeorar; cada quien sabrá para qué.

España, cerró en diciembre, con una inflación anual del 2,9%.

16 DÍAS DE INDEFINICIONES



Jorge Capitanich, ya suma 16 días sin desatar el nudo de la indefinición en el Ministerio de Educación.

Una enormidad de tiempo.

Para simplificar, tomo las supuestas irregularidades en las afectaciones a cargos docentes, y dejo de lado el resto de puntos que hacen a la gestión de la cartera.

Se supone que la nueva gestión, debería corregir los errores que salieron a la luz pública. En el caso de ser ciertos esos errores, o como quieran llamarse, le significaría cifras millonarias al estado provincial, y afectaría derechos de terceros.

A modo ilustrativo, sirve recordar, una denuncia de Federación SITECH de Castelli, en la cual hacía hincapié en las irregularidades en las afectaciones a cargos docentes. Esa denuncia decía que Educación se convirtió en el Ministerio de Ecología, porque los funcionarios se reciclaban cobrando 12.000 pesos, mientras los docentes suplentes debían esperar para cobrar el proporcional de vacaciones.

También es válido repasar uno de los párrafos de un comunicado emitido por SITECH Federación, en el mes de julio del año pasado: “Es conocido las miles de afectaciones, relevo de funciones y adscripciones que otorga en su gran mayoría el propio Ministerio a sus amigos y, a su vez, a la propia incapacidad para tener un organismo de control de licencias; cuestión ésta que este sindicato nunca hizo objeción para que se controle eficaz y eficientemente a aquellos docentes que hacen uso los derechos establecidos en las normativas vigentes”.

No estoy en condiciones de aseverar que estas denuncias sean ciertas; pero sí que éstas requieren un estudio profundo por parte del nuevo equipo educativo.

En ese contexto, 16 días de indefiniciones no es un dato para subestimar.

Yo se que en el recetario de posibles explicaciones acomodaticias, está la variante de recitar las verdades de Perogrullo: Capitanich es el gobernador, es el líder y es el decisor. Las verdades de Perogrullo no se discuten ni se objetan. Que Capitanich es el responsable de tomar la decisión nadie puede discutir. Sí podemos hacer foco en la demora decisional, no porque seamos ansiosos ni por las incertidumbres que se generan, sino porque en el medio de esta indefinición está nada más y nada menos que la educación.

La educación es una cuestión de estado. La demora de una definición tiene costos, aun cuando quien demore se llame Jorge Capitanich.

O en todo caso, les preguntaría a los recitadores: Con esta demora en la definición ¿Cuáles son los beneficios que se generan para la educación chaqueña? 

Mañana será el día 17...

LOS VIVIDORES DE LA POLÍTICA

Max Weber, diría "Algunos viven de la política, otros viven para la política".  

Los vividores de la política, utilizan a la actividad política como fuente permanente de ingresos, viven de los demás. No tienen interés en satisfacer  necesidades públicas . El arribismo desmesurado siempre existió.

Esta tipología de dirigentes contribuye para que nada cambie. Se incomodan con la aparición de otros dirigentes; y los descalifican por la falta de experiencia política. Solo aceptan a los nuevos dirigentes que se manejan con los mismos criterios de subsistencias, y que pueden ser útiles para sus propios proyectos personales.  

La formación dirigencial está ausente en la mayoría de los partidos. En muchas charlas políticas o talleres, se explican ventajas de la disciplina orgánica, de la estrategia de conducción, de la táctica para la toma del poder, etc.

Todo muy bonito pero se limita a la micropolítica. Se intenta adiestrar a los miembros de grupo para subsistir. De nada sirve formar dirigentes que luego se encontrarán con el vacío absoluto para actuar o interpelar a un gobierno, según sea el caso.

La corriente neoliberal, que desembarcó a mediado de los setenta, obtuvo los resultados deseados. Los partidos políticos fueron vaciados en un contexto de fragmentaciones sociales y de fusiones corporativas.

La proliferación de los partidos políticos en la Argentina es el testimonio de un funcionamiento precario. No escribo en favor del bipartidismo sino remarco la esterilidad del multipartidismo. Con este panorama resulta difícil el ordenamiento de las ideas y acciones que contribuyan a disminuir las necesidades públicas.

En el Chaco, ese multipartidismo desemboca, necesariamente, en asociarse a los dos partidos tradicionales para acceder a bancas legislativas. La suma de todos los microemprendimientos no alcanza para formar una tercera fuerza electoral.

Pocos son los dirigentes que conciben a la política como una espada para lograr las transformaciones sociales. Uno valora la tenacidad de algunos dirigentes (caso Jorge Capitanich, Eduardo Aguilar, Fabricio Bolatti, entre otros) que tratan de guiar una expedición política hacia debates trascendentes, proponen pensar sobre temáticas que no estaban al alcance ni bajo el interés de la dirigencia media.

El coyunturalismo asfixia, y perturba a la dirigencia política que intenta adentrarse en un proceso de formación del capital humano y social como instrumento para lograr mejores estadios de equidad social.


En el 2.003 se abrió un proceso redistributivo de ingresos a nivel nacional, y en el Chaco; pero también es cierto que se requiere de dirigentes con la vocación, la capacidad y las energías para surcar la siguiente etapa que permita la redistribución de oportunidades. Para ese fin es fundamental trazar las líneas que hagan a la formación de un capital dirigencial que trabaje para la formación del capital humano y social. Los vividores de la política te dan la certeza de la pendularidad, ni por asomo serán capaces de reflexionar cómo seguir progresando en la satisfacción de las necesidades públicas porque sencillamente no les interesa. 


Archivo del blog

QUIENES SOMOS

Mi foto
Resistencia, Chaco, Argentina
Un acercamiento a la política y economía. En Radio Universidad 91.1. Entrevistas, editoriales. CONDUCE:Cr César López

ALEDO MELONI: "EL ESCRITOR NO HACE MAS QUE ESCRIBIR LO QUE TODO EL MUNDO SIENTE

Seguir

Buscar este blog



Free counter and web stats




LinkWithin

Related Posts with Thumbnails