Ya no
existe un River-Boca como en los tiempos de Alfonsín, pero el torneo Democracia
no puede suprimirse. El proceso electoral es presa de los intereses mezquinos, llegó
al pico máximo con la decisión de dos jueces de anular los comicios en Tucumán,
no por fraude sino por estar viciado de supuesto clientelismo. La misma mala
intención cruza por el Chaco, aunque por estos lares, se implementan todas las
medidas que garanticen transparencia.
La
maquinaria de la manipulación es insaciable, no solo quieren un presidente
deslegitimado sino también un Presidente cansado. El Presidente (sea quien sea)
debe llegar a los tumbos, cansado de tantos apremios mediáticos. También
Mauricio Macri llegaría deslegitimado, sediento de la cobertura del Grupo
Clarín.
Muchas
veces me pregunto, me interpelo: ¿Puede ser tan poderoso un grupo como para
condicionar una democracia? ¿Por qué no se conforma con hacer lobby y nada más? Y la verdad es que se juegan
miles de millones de pesos en el circuito económico, no solamente de los medios
sino también en otros sectores. El Grupo Clarín, con probabilidad, es el ariete de todos los intereses económicos
que fluyen en la Argentina.
El futuro desmintió a todas las plumas de Clarín. El
fin de ciclo ocupó cientos de menciones desde hace años, Cristina quiere que
gane Mauricio Macri fue una de las preferidas hace algunos meses. El futuro
dice que Cristina llega al final de su mandato con increíble legitimidad de
ejercicio, una imagen positiva que produjo cambios de discursos en el PRO.
Clarín
presionó con pronósticos de caos, no solo contra el gobierno nacional sino
también contra los dirigentes de la UCR. Los dirigentes radicales no pudieron
parar la pelota en ningún momento, fueron arreados a correr sin pensar, a
decidir apurados. Una prisa fatal para la UCR, se quedó sin candidato ni boleta
en el cuarto oscuro.
Clarín
enaltece individualidades, no fuerzas políticas, promueve millones de palabras
-sobre un guión monotemático- de dirigentes sin votos, como Patricia Bullrich,
Elisa Carrío, Laura Alonso, Julio Cleto Cobos, entre otros tantos.
Los
radicales, en las PASO verificaron que votar una individualidad es ir en contra
de la existencia competitiva de su propio partido. Clarín
generó un escenario, en el cual existe un Candidato sin partido, y un partido
sin candidato. La democracia necesita de la Unión Cívica Radical.
La
dirigencia radical que abraza el legado de Irigoyen, de Raúl Alfonsín deberá
dar un golpe de timón, y asumir las graves consecuencias de las conductas de
los grupos de presión.
En Chaco,
la caída de uno de los bastiones radicales más importante del país será una
lección de esperanza para el radicalismo, tocar el piso para comenzar una
remontada, una remontada sobre las bases esenciales, sin infiltraciones de
intereses corporativos. Resistencia es el símbolo de la trascendencia de las
construcciones políticas. La arquitectura política diseñada por un líder como
Ángel Rozas en el año 1.995 demostró notables fortalezas, caerá 14 años después
del fracaso de la Alianza.
Después del 10 de Diciembre, las fuerzas políticas, sin la injerencia de los grupos de presión, deberían
iniciar un proceso de diálogo por la democracia.
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