Jacques Gerstlé, considera al debate como
lucha verbal donde los oponentes intentan hacerse valer y desacreditar al
adversario, ante la mirada del electorado, al que deben convencer. El objetivo
es convencer al electorado. El alto nivel de convencidos que existe en la
provincia genera una merma de productividad persuasiva del debate. La
expectativa, era ver el comportamiento de dos oponentes que van por el trono
que dejará vacante Jorge M. Capitanich. Si abstraemos la gestión Capitanich, la
lucha verbal y gestual fue pareja.
En las redes sociales, muchos militantes prefirieron guiar sus mensajes para
cuestionar al oponente antes que marcar las bondades de la exposición de su
propio candidato. Si se revisan al azar una cantidad determinada de mensajes en
las redes, se puede ver que varias expresiones de Aida provocaron la reacción
del auditorio televisivo. El peronista convencido retrucó con vehemencia.
La cebolla que llevó Aida se terminó convirtiendo en la gran vedette de la
noche, festejada por los radicales, y ridiculizada por los peronistas. Fue un
golpe de efecto televisivo inteligente, aconsejable y acorde a una coyuntura en
la cual el precio de la cebolla está por las nubes.
Desde el periodismo, se dirá que no existieron propuestas. Me resisto a ese
tipo de postura. El frente gobernante propone seguir
el camino iniciado por Jorge M. Capitanich, tanto las palabras de Claudia
Panzardi como de Domingo Peppo fueron basadas en los ejes de la gestión
Capitanich; y desde el lado de la oposición proponen cambiar el ciclo al que
denominan populista.
El debate no presentó diferencias de conceptos de gestión, más bien se basó
en cuestiones cuantitativas. Aida Ayala propone el oro y el moro, promete tanto
que suena increíble. Propone aumentar los sueldos de la administración pública,
aumentar la cantidad de empleo, aumentar el valor de la tarjeta alimentaria,
bajar el precio de la cebolla, duplicar el presupuesto en seguridad, educación,
duplicar el presupuesto para el campo, reducir retenciones, bajar impuestos,
duplicar la inversión en el ministerio de Producción.
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