La carta del adiós. Un nuevo adiós. Ya no asombra que Elisa Carrió sienta en sus entrañas ser más importante que el propio estado, todas sus construcciones colectivas giraron- y deben girar- alrededor de su figura, no admite ni la silueta de su propia sombra. Tampoco asombra que el unico debate aceptable por la chaqueña sea su propio debate interior transformado con el transcurso de los años en ese espectáculo de incoherencias al cual nos acostumbró. Carrió es una política espectacular, impredecible hasta para ella misma.
El acuerdo cívico y social tuvo- y tiene- dirigentes políticos pero aun adolece del marco colectivo, leyes comunes u orden dentro del cual regirse, es un proyecto opositor sin reglas o normas de conductas para sus integrantes. El conflicto interno del acuerdo cívico y social se ajustaba a la necesidad de establecer un orden dentro del cual sus individualidades se obliguen a actuar, ahora cada individualidad (Cobos, Elisa Carrió, Alfonsín o Binner) pretende que el orden que surja sea el más beneficioso para si mismo de cara a las elecciones del 2011. Hobbes plantea que el hombre no es malo por naturaleza sino que la dinámica de las relaciones sociales transforma el deseo y la voluntad de poder en rivalidad, desconfianza y deseos de gloria. Y es el propio Hobbes quien sugiere dos alternativas de solución a esta tipología de conflicto político, la primera por medio de la conquista y a partir de ella la imposición del orden recae en el vencedor y la segunda lograr un orden mediante un acuerdo cívico.
La carta de Carrió encierra la impotencia de conquistar las voluntades individuales para establecer el orden más conveniente para sus pretensiones electorales. No pudo imponerlo por las fuerzas ni pudo renunciar a la egolatría para acordar una solución cívica que implicaría someterse a internas.
En la carta del adiós dice no estar dispuesta a volver a transitar el fracaso estrepitoso de la Alianza , y a Kirchner no lo va derrotar el pasado sino el futuro. Y el futuro para ella, no es nadie más que ella! Habló de pactos corporativos pero prefiere vencerlos desde afuera antes que combatirlos desde adentro del acuerdo cívico y social.
Carrió siempre dijo que los crispados Kirchner dividen, y a la luz del fracaso estrepitoso del acuerdo cívico y social, habría que pensr que Carrió juega a favor de los intereses kirchneristas.
Cr. César López
Abrapalabras
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