Domingo
Peppo, dijo que el objetivo es duplicar la cantidad de empleos en la
construcción.
Es una
“buena nueva” para el sector de la construcción, y para toda la provincia del
Chaco. Reactivar la construcción, es sin duda, una manera efectiva de reimpulsar
a otros sectores de la economía. La meta relatada por Domingo Peppo es por
demás auspiciosa. No tengo a mano los datos de cuantos millones se invierten
por año en obra pública en el Chaco, y eso le resta sustentabilidad a este
texto, porque es posible que las metas publicadas por el gobierno, se
fundamenten, entre otros aspectos, en las relaciones del empleo respecto al
cronograma de inversiones.
Está claro
que el nivel de empleos registrados aumentará en este dos mil trece, en función
de distintos programas de obras públicas que comienzan a reactivarse. Sin
embargo, hay elementos que me llevan a
dudar cuando se habla de un crecimiento del 100%.
El Chaco,
hasta el mes de noviembre 2012, era la segunda provincia que experimentó la
mayor caída interanual (Más del 21%) del nivel de empleo, después de la Pampa.
¡Ni en los
mejores años de la economía nacional se llegó a 13.000 empleos!
Domingo
Peppo, ¿sabrá? que en el caso de lograrse la meta señalada en los medios, la
provincia del Chaco, batirá un récord de empleos registrados en la
construcción desde el 2.003 en adelante.
En Mayo de
2.011, se encuentra el pico de empleos registrados por el sector de la
construcción: 10.489 empleados.
En ese año de
elecciones presidenciales, el promedio mensual de empleos registrados fue de
9.381. Si nos adentramos un poco en el plano numérico, nos daremos que la
variación de ese promedio mensual respecto al promedio mensual del año anterior
fue de 16,78%.
Este año hay
elecciones legislativas, tan importantes como las del año dos mil nueve pero no
de la trascendencia de las elecciones 2011. Entonces, tomemos el parámetro
2009, y ahí nos encontramos con un año crítico en lo económico, y el saldo fue
sostenimiento del nivel de empleo pero no crecimiento. El promedio mensual de
empleos registrados si situó en 7186 en el 2009, y 7188 en el 2008.
Hoy el
escenario local tiene algunas particularidades diferentes al del dos mil once. En
principio, los márgenes de financiamiento de los proveedores están más débiles
que hace dos años. Las empresas constructoras, en su mayoría, están maniobrando
con frágiles estructuras financieras. Para alcanzar dicha meta, no solo alcanza
con licitar, reacomodar las obras paralizadas, sino además acelerar los pagos
por parte del estado a los contratistas.
No es que
sea pesimista pero dudo. Revisando algunos números, todo me indica que esa ¿meta?
está más cerca de lo ideal que de lo posible.
El tiempo,
como siempre, será el juez para dictar una sentencia que nos permitirá
determinar si esos 13 mil empleos son una meta, o una expresión de deseos, o una promesa infundada. Y este texto, servirá también como un aliento para que
todos los actores de la construcción, se comprometan para llegar a lo
manifestado por el presidente del Instituto de Viviendas.
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