El gobernador Jorge Capitanich fue contundente. Sin
rodeos. Frente a la arremetida comunicacional de los intendentes de las dos ciudades
más grandes que administra un justicialista, tuvo que repetir, públicamente,
por enésima vez que SU MANDATO FINALIZA EN EL 2.015. Esto va en línea con lo
que decía hace mucho, en uno de sus libros*: “El salto cualitativo consiste en
organizar nuevas formas de construcción de poder político con la capacidad de
fijar reglas de juego claras y marcar el rumbo estratégico. Solamente de este
modo podremos salir de las crisis y mejorar la calidad de nuestras
instituciones”.
Capitanich, podrá tener muchos errores, pero si algo
tenemos que rescatar es su prédica permanente para lograr una movilidad institucional
ascendente. En su andar político, las instituciones dieron pasos estructurales.
Capitanich no es un arengador, es un
inspirador.
En cualquier organización, los cambios propuestos suelen tener resistencias internas. La construcción de poder político se alcanzó con la transversalidad (En algunos casos, extrema y doliente transversalidad).
En cualquier organización, los cambios propuestos suelen tener resistencias internas. La construcción de poder político se alcanzó con la transversalidad (En algunos casos, extrema y doliente transversalidad).
Es improbable que los debates para mejorar la calidad
institucional surjan por iniciativa de los intendentes. No menos cierto es que tampoco
se podrían llevar adelante sin el acompañamiento de los intendentes.
Capitanich, tuvo que encontrar en el seno de su propio partido, fuerzas nuevas que interpreten el sentido político de la ocupación de un cargo. En esto, es válido destacar, el rol de Eduardo Aguilar como uno de los mejores intérpretes de las composiciones políticas de Capitanich. El Presidente dela Legislatura , interpreta y a la vez es el
encargado de forcejear para generar esos climas de debates que no convienen a
los poderes establecidos. La reforma política, con las PASO en camino, acompañadas de otras medidas, como el Defensor del Pueblo, las
modificaciones en la fiscalía de investigación administrativa, son las reglas
de juego claras de la cual hablaba Capitanich.
Capitanich, tuvo que encontrar en el seno de su propio partido, fuerzas nuevas que interpreten el sentido político de la ocupación de un cargo. En esto, es válido destacar, el rol de Eduardo Aguilar como uno de los mejores intérpretes de las composiciones políticas de Capitanich. El Presidente de
El debate por la re-
reelección, en la forma que fue planteada por Gustavo Martínez, y
Domingo Peppo, es una discusión de cargos. Esto va en línea con la coyuntural manera de
pensar a la política: La quietud de las
instituciones se acomoda a la conservación de
cargos públicos.
Los arengadores, tienen episodios que en cierta forma, esmerilan sus propios
clamores: Domingo Peppo, es el mismo que en el 2.007 aprovechó una
brecha legal para desdoblar las elecciones por desconfianza a la tracción de
votos de Capitanich. Y no hace falta recordar que decía Gustavo Martínez
después de perder una interna.
Esta practica de arengar sin contenidos ni rumbos estratégicos para la provincia, sigue fuerte. Una muestra de ello, es la irrupción de Aída Ayala con similares estilos.
Un buen arengador, puede ser un mal inspirador. Inspirar es producir un campo fértil para crear o sugerir ideas superadoras. Arengar es solo animar a alguien -o a un grupo- a dar un paso en un escenario establecido.
Esta practica de arengar sin contenidos ni rumbos estratégicos para la provincia, sigue fuerte. Una muestra de ello, es la irrupción de Aída Ayala con similares estilos.
Un buen arengador, puede ser un mal inspirador. Inspirar es producir un campo fértil para crear o sugerir ideas superadoras. Arengar es solo animar a alguien -o a un grupo- a dar un paso en un escenario establecido.
Estos actores políticos, de alguna forma, son un constante
límite para acelerar los debates estructurales.
Se puede discutir el concepto de re-reelección, claro que se puede, pero no en los términos de aprovechamientos del poder público para sostener en el cargo a alguien sino como la no censura a la voluntad popular para que pueda elegir las veces que desee a un candidato.
Pero antes, a esa voluntad popular, se les debe garantizar todas las libertades imaginables, y esa vocación libertaria debe provenir desde abajo hacia arriba. En cada uno de los municipios debe existir la amplitud, no cercenar las participaciones de nadie, la separación de los asuntos personales de la cosa pública, la libertad de expresión, el respeto a la división de poder, la formación de núcleos polipartidarios para discutir problemas comunitarios, etc. Mientras eso no suceda, no estamos preparados para un debate sobre las libertades de elegir a un candidato las veces que se quiera.
Se puede discutir el concepto de re-reelección, claro que se puede, pero no en los términos de aprovechamientos del poder público para sostener en el cargo a alguien sino como la no censura a la voluntad popular para que pueda elegir las veces que desee a un candidato.
Pero antes, a esa voluntad popular, se les debe garantizar todas las libertades imaginables, y esa vocación libertaria debe provenir desde abajo hacia arriba. En cada uno de los municipios debe existir la amplitud, no cercenar las participaciones de nadie, la separación de los asuntos personales de la cosa pública, la libertad de expresión, el respeto a la división de poder, la formación de núcleos polipartidarios para discutir problemas comunitarios, etc. Mientras eso no suceda, no estamos preparados para un debate sobre las libertades de elegir a un candidato las veces que se quiera.
* Investigación sobre el origen y naturaleza de las crisis provinciales. Año 2001.
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