Llegamos al semestre prometido. En las redes
sociales se ironizó bastante al respecto. Mauricio Macri prometió que las
medidas (Devaluación, ajustes, tarifazos) tomadas mostrarían sus efectos
positivos a partir del segundo semestre del año. El sacrificio de la sociedad
argentina fue tanto que el propio Presidente dijo en reiteradas ocasiones que le dolió tomar
esas medidas. Todo indica que el segundo semestre no será el de las buenas
noticias para la economía real, formalmente en recesión. El tejido productivo
comienza a deteriorarse con la apertura indiscriminada a las importaciones de
bienes de consumo, el aumento de los costos de bienes dolarizados, y el
debilitamiento del poder adquisitivo de los salarios.
El macrismo supo
decir que una vez que se paguen a los buitres lloverían dólares baratos. Del
dicho al hecho un largo trecho. Salta, durante la semana, emitió 300 millones de dólares a 9.5%
anual, plazo promedio 8 años. Una tasa levemente superior a la lograda por la provincia de Buenos
Aires antes del acuerdo con los buitres. Neuquén es otra de las provincias que
ya emitió deudas, aunque en este caso títulos con garantías de regalías
petroleras que se ubicaron a 8.62%.
Chaco, por las condiciones de las políticas macroeconómicas
del gobierno nacional, es otra de las provincias que entrará a bailar en la
fiesta financiera. El costo que deberá afrontar será similar a la provincia de
Salta. Esto significa que deberá juntar 28 millones de dólares por año para
pagar los intereses; una cifra equivalente a un mes de recaudación propia. Es
decir, un mes de recaudación de impuestos de la Administración Tributaria
Provincial será para pagar intereses de las deudas tomadas.
Es una película conocida.
Veamos una
nota de Política Online del 24 de junio, en la cual las calificadoras de riesgo
amigas del gobierno alertan sobre el crecimiento de la deuda respecto al PBI. Gabriel
Torres, el analista jefe de crédito soberano para Latinoamérica de la
calificadora de riesgo Moody's "La
deuda argentina hoy ronda el 40% del PBI. Es posible que el proceso de
reducción del déficit se demore por la limitación social al ajuste y la
Argentina tome deuda para financiar ese déficit. La posibilidad de que la deuda suba al 60% del PBI es claramente
negativo y como las tasas son
elevadas por lo que la sustentabilidad de la capacidad de repago sería dudosa".
En la misma línea un informe reciente de Standard
& Poor's (S&P) resalta la preocupación de sus clientes acerca de la
capacidad de repago de la creciente deuda externa argentina.
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