A
medida que nos acercamos al segundo semestre, la euforia decrece. Las lindas
promesas de cambios -al ritmo de las canciones de Gilda- se convirtieron en una
pantanosa realidad. Los cuentos de hadas y la creación de demonios, no alcanzan
para disimular la realidad.
Jonathan
Viale, en Intratables dijo que “la inflación le gana con comodidad al
incremento de los salarios”.
Pero
no solo los salarios pierden la carrera sino también pierde el nivel de empleo. Sebastián
Lifton, en Abrapalabras dijo que un gobierno provincial no puede sostener
el nivel de empleo cuando las variables de la macro se acomodan en contra del
trabajo.
Una
nota del Diario Norte, confirma los datos que dijimos hace un par de meses para
el Chaco. En un semestre (octubre/15 a Marzo/16) la destrucción
neta aproximada al 10%, sin considerar aquellos trabajadores registrados
por las empresas en otros domicilios; es una cifra tremenda.
En
un semestre, solo por el ítem salarios formales que dejaron de percibir los
nuevos desocupados, el circuito económico chaqueño sufrirá la
extracción de una cifra cercana a 400 millones de pesos.
También
las pymes sufren la baja de ventas, por consiguiente la baja de rentabilidad, y
esto trae aparejado la merma de las posibilidades de reinversión de utilidades.
En
un semestre ya se avizora el daño tremendo que se hace al tejido productivo del
Chaco, cuyos efectos se verán con nitidez en cinco trimestres. Por ahora, la
inercia del modelo anterior morigera el impacto.
En
el sector industrial del Chaco, si bien no existen perspectivas de caída de
empleo en los próximos tres meses producto de la inversión que está en marcha;
sí existen cero perspectivas para iniciar una nueva inversión. Andrés
Irigoyen, le dijo a quien escribe, que en las encuestas surge que el 70% de
los empresarios del sector creen que mantendrán el nivel de empleo, y el 12% de
los consultados tienen perspectiva de aumentar la cantidad de empleo. El sector
ya presenta complicaciones en las ventas. Fideos italianos, choclos brasileros
abundan en las góndolas argentinas.
Hace
unos días, una pequeña productora rural del Chaco me contaba que debía vender
unos terneros invernadas porque ya no le alcanzaba el dinero para sostener la
estructura de costos de su campo. Dos factores del mercado ganadero como lo son
las lluvias caídas en su zona, y la suba del costo del maíz en los feedlots
(que hacen que muchos quieran comprar esos terneros a precios más baratos),
harían aconsejable que los retenga un tiempo más para que ganen kilos con la
pastura, y se aproximen a los 180 kilos. Pero los tiene que vender.
No
abundaré en el sector de la construcción porque ya es de público conocimiento.
El presidente de la Cámara de la construcción Chaco, Héctor
Chaquires manifestó que muchas empresas están en la peligrosa
cercanía a la retirada del mercado.
Tampoco
en la dramática caída de ventas en las concesionarias.
En
la microeconomía existen muchas historias que hablan de las implicancias de las
políticas macroeconómicas de Cambiemos.
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