Un
nuevo gobierno tiene el derecho a recibir la paciencia ciudadana en el primer
trimestre de gestión. Pero Mauricio Macri desencadenó una serie
de sucesos que aceleró el nacimiento de los cuestionamientos.
En el orden institucional,
pidió una medida cautelar para que la predecesora se vaya 12 hs antes de su
asunción. En el juramento escondió la palabra Patria. Después un decreto que
retrotrae la organización y presupuesto educativo a una ley de los 90'. Tampoco
se privó de modificar la ley de Servicios Audiovisuales por un decreto, a la
par el ministro de Comunicación dijo que esa ley "no subsistirá". Y
el punto culminante fue la designación por DNU de 2 jueces de la Carta Suprema
de Justicia.
En el orden económico,
constituyó a la mesa de enlace rural como Aplaudidora en base a tres elementos:
1) Designación de Buryaile como ministro, 2) Quita de retenciones, y 3)
Devaluación (el sector espera esa decisión).
El
tren del federalismo prometido ya descarriló. ¿Macri consultó esta decisión con
los gobernadores?. La merma de las
retenciones a la exportación de soja produce una merma en la Coparticipación
Federal del Fondo Solidario que reciben las provincias y los municipios para
realizar inversiones de infraestructura. También se debe decir que el gobierno
nacional, con la quita de retenciones, asumirá un costo fiscal que ronda los 30
mil millones de pesos anuales, sin contar la transferencias de recursos del
resto de argentinos al sector agroexportador.
Si
buscamos la fuente de financiamientos para la quita de retenciones, podemos encontrar
que será la quita de subsidios a la electricidad y gas, cuyos anuncios podrían
darse en Enero del año que viene. Si bien los comunicadores
macristas dicen que no afectará al bolsillo de los sectores populares, mucha de esa electricidad y gas es
insumo de industrias y comercio. Y si estas industrias y comercios no tienen
mercado externo para sus productos, el asunto del empleo entra en riesgo (también) por ese lado. Una
medida creativa sería quitar subsidios a empresas exportadoras pero
desconozco si es posible una aplicación semejante.
Respecto
a los efectos de la devaluación, cada bolsillo argentino está recibiendo los
impactos de las políticas preventivas del sector empresarial. Nadie quiere
vender un producto por debajo del costo estimado de reposición. La rentabilidad
fuerte de esta medida, en primer término se llevarán quienes tienen la espalda
financiera que le permitió la inversión en stock. Sería
conveniente que algún economista revise el proceso devaluatorio de Brasil, y
nos diga si logró el efecto deseado de crecimiento de las
exportaciones.
En el orden social,
todavía se desconocen medidas oficiales al respecto. Por ejemplo: ¿Qué pasará
con el plan PROCREAR?. No existen anuncios de inversiones de viviendas ni de
agua potable ni de gas. Por ahora, la prioridad parece constituir en acomodar
los estantes de los grandes grupos económicos, llámese Clarín, Grobocopatel...
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