Bacileff Ivanoff, discurso de inauguración de ampliación de fábrica en Puerto Tirol. |
Bacileff padre, debería estar en algún lugar de la
provincia. Bacileff hijo se mostró por el rigor formal en la mesa institucional
que recibió al Ministro de Economía, Axel Kicillof. Sus minutos de apariciones
en CHACO TV se esfumaron hasta llegar a cero. Ya no se ven sus reflexiones sobre
los beneficios de las inversiones gestionadas por Jorge Capitanich.
Quienes conocen a Bacileff saben que si no es posible un
acercamiento al líder Capitanch, hará una aparición pública perturbadora que le
permita cosechar frutos en la conformación de las listas.
El vencimiento del mandato legislativo de su hijo es uno de
los temas a dirimir en el proceso de negociaciones, como también la cobertura
política para las decisiones polémicas, como la concesión de la explotación del
juego en toda la provincia, con excepción del Gran Resistencia.
El gobernador titular, todavía no pudo hacerse tiempo para
responder al pedido de sacarse la foto de bienvenida con su vicegobernador.
Las decisiones de Bacileff fueron socavando la confianza,
pretendieron minar las bases de sustentación decisoria de Jorge Capitanich. Bacileff,
desde el minuto cero cometió errores increíbles, en algunos casos por torpezas
de sus ministros. Pretendieron disputar el poder pero sin la mínima organización.
La rúbrica de la disputa fue el decreto 1.470 para acelerar
el proceso electoral, avalado por funcionarios como Gustavo Martínez y Domingo
Peppo. Los funcionarios - nexo para materializar muchos de los proyectos que se
gestionaban en Buenos Aires- que sufrieron corte de líneas telefónicas,
volvieron con cargos.
En estas horas, Bacileff sin el poder de la birome, quedó
sin el auxilio de dirigentes y comunidadores que no dejaban espacios para
mencionar acompañamientos. No es una novedad en su carrera política, se
acostumbró a ganarse terrenos con sus propios empujes, y con la gran mano de
Jorge Capitanich.
Bacileff cuando estuvo más solo, cuando tuvo amenazas de
Wajcman, cuando le escribían tapas con su renuncia a la vicegobernación; más
lejos llegó. Sin embargo, cuando fue rodeado de los abrazos al campeón, más
fuerte cayó.
De repente se apagaron las voces de alientos de los
comunicadores como Julio Wajcman. Las plumas de acompañamientos de
algunos periodistas volaron. Ya no se escuchan las voces de apoyo para los
Bacileff ni se ven flamear las banderas de acompañamientos, como esa que
flameaba con la leyenda "Darío Conducción" en una empresa ubicada en
la avenida Sabín, cuadras antes de llegar al Hipermercado Libertad.
Gustavo Martínez, en un gesto que lo distingue, fue el único
dirigente que mencionó a Juan C. Bacileff en el plenario metropolitano.
La lección de Bacileff, no se aparta en nada a las historias
de los abrazos al campeón, ni a ese dicho popular que la fama y la plata es
puro cuento. Sus días de campeón, de fama, van rápidamente a ser parte de los
recuerdos.
Pocos vieron a Bacileff en las últimas semanas. Los abraza
campeones, siempre encuentran otro campeón para camuflarse, y ejercer el arte
de la supervivencia.
El apunte no es una crítica para Bacileff, es una crítica
constructiva para los dirigentes que se harán cargo de la provincia en los
próximos años. El poder es servicio.
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