Hace
un par de años, dije que Jorge Capitanich no intentaría agregar la posibilidad
de re-reelección, por ciertos pudores institucionales que contienen sus
decisiones políticas. Recuerdo el término "pudor institucional"
porque el diputado Nacional, José Mongeló, vía mensaje de texto, luego me
preguntó sobre el alcance del mismo.
Eran
momentos del año 2.012/2013 cuando periodistas de renombre fustigaban con esa
posibilidad. De hecho desde el espacio que lidera Gustavo Martínez, por razones tácticas, se insistió con esa posibilidad en varias oportunidades.
La
trama de derogar la ley PASO para conquistar tiempo, y (dicen algunos) tratar
de generar la reforma constitucional, sería asqueroso desde el punto de vista institucional
y democrático.
Un
proyecto a las apuradas que pretende romper un contrato democrático socava las
bases de respeto a los ciudadanos. Si bien en la política todo es posible,
debería existir un mínimo de decoro y respeto a los ciudadanos.
Por esa
misma lógica del pudor institucional, me atrevo a pensar que ese manoseo
urgente que propone la Diputada (respetada y muy querida militante del justicialismo) Mirta Morel está muy lejos de ser aceptado por Jorge Capitanich.
El
proyecto de María Cáceres, no rompe un contrato democrático, es menos
rimbombante. Presenta una modificación que no se aparta del hacer democrático. Cada
ciudadano puede desear que cierto dirigente sea candidato a Diputado, concejal
o intendente y debería tener la posibilidad de ejercer ese derecho. Que sea a las apuradas no
quebrantaría ninguna base de respeto a los ciudadanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario