Cuentan que PANCHO VILLA, solía rodearse de periodistas y medios, con el
objetivo de hacer conocer los ideales (o de cambiar la mala reputación) de la
lucha revolucionaria. Permitió que se filmen algunos de los combates. También
cuentan que mientras lideraba el ejercito del norte, accedió a interpretarse a
si mismo para una película de Hollywood. ¿No será mucho? La necesidad de difundir
una imagen y la necesidad de financiamiento para la revolución, nos inducen a
sospechar que algo de cierto deben tener esas historias que se cuentan.
En
Argentina, algunos dirigentes de la oposición, hacen lo propio. Es cierto que
no se trata de la filmación de ninguna lucha revolucionaria para Hollywood, sino
de la filmación del ocaso político para la pantalla chica de clarín.
No me refiero al ocaso como el final sino al fenómeno que se produce por
efecto de la rotación de la tierra. El sol, está en el ocaso cuando, por efecto
de la rotación de la tierra, atraviesa el plano del horizonte y pasa del
hemisferio visible al no visible. En el ocaso, la altura es cero, es la
transición de lo positivo a lo negativo.
Cuando un dirigente político está en el ocaso, tiene altura casi igual a
cero, es casi no visible en las urnas. Y para no desaparecer del hemisferio
visible, se prestan a quienes intentan frenar la rotación. Dirigentes casi
eternos. El ocaso político se transforma en un medio de subsistencia. Con pocos
votos a favor, se convierten en la palabra barata que utilizan las
corporaciones para ningunear la democracia. La democracia, será próspera en
tanto sepamos mantener un estado fuerte. El show de quienes viven del ocaso
político es divertido pero insalubre para la democracia.
La otra vez, alguien me envió un mensaje de texto, recomendándome ver un
debate: “Poné TN, están debatiendo con Carrio, es un c…de risa”. Ni bien
encendí el televisor, busqué TN, y me encontré con algo doloroso. No daba para
reírse. Un espectáculo bochornoso. Y muy caro. Quien vio ese debate, coincidirá
con este texto. Ese seudo debate es una pequeña muestra de cómo los dirigentes
convirtieron su ocaso político en un medio de subsistencia. No es un tema
periférico. Esas filmaciones, las pagamos entre todos los argentinos. Cuando
compramos un producto no solo pagamos el ítem impuestos y tasas, sino también
un ítem llamado publicidad y propaganda.
Si Pancho villa, fue uno de los pioneros en hacer filmar parte de una
revolución; en argentina hacemos vanguardia en la filmación del ocaso político
de cientos de dirigentes. Al fin de cuentas, uno y otros, coincidieron en la
necesidad de imagen y de financiamientos.
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