“Diferenciar para apreciar” dijo Julio De Vido
en el discurso que dio inicio a la ejecución de más de 320 millones de pesos,
del plan más cerca para la provincia del Chaco.
La escalada del PBI, es la
señal del crecimiento económico argentino. Periodistas, economistas y dirigentes
opositores, se preguntan retórica y recurrentemente, en los medios del grupo
monopólico Clarín y afines: ¿Qué hizo el gobierno nacional con la plata? ¿Por
que canaleta se dilapidaron los fondos públicos?
En primer término: El crecimiento económico, fluye por la
canaleta de la inclusión social.
Argentina, en el 2.003 no era un país desarrollado.
Repaso algunas líneas de Joaquín
Morales Sola para recordar aquel país: “Sin Poder Judicial creíble, sin
Congreso respetado, sin moneda
y, por último, sin institución
presidencial, sólo un prodigio improbable hubiera salvado a la economía del
contagio seguro. Sin embargo, y seguramente como consecuencia de todo aquello, la mayor deuda de la democracia es con la
propia sociedad argentina. Según un estudio del analista económico Orlando
Ferreres, en 1983 la tasa de desempleo apenas rozaba el 4 por ciento de la
población económicamente activa, menos del 10 por ciento de la sociedad estaba
bajo la línea de la pobreza y no existían argentinos indigentes. No era, desde
ya, obra de los militares que se habían ido, sino las estelas perdurables de la
vieja Argentina del pleno empleo y del ascenso social. Veinte años después, la tasa de desempleo supera al 20 por
ciento de la sociedad activa, más del 50 por ciento de los argentinos está bajo
la línea de la pobreza y un 25 por ciento vive en la indigencia. Kirchner ha comenzado por devolverle un indispensable
espacio público a la política, pero su misión estaría peligrosamente inconclusa
si no reconstruye, con prudencia y seriedad, la solvencia de la economía.
Aquella fe social en la democracia es casi un milagro, pero ningún milagrosucede dos veces en la vida.”
El poder judicial, no era creíble ya en aquel entonces, para
el hombre que dio a conocer el soborno aliancista en torno a la ley de
flexibilización laboral. Esto me lleva a pensar que mientras el kichnerismo hace desastres con la política y la economía; el Poder Judicial recuperó su credibilidad a lo largo de la década que pasó desde aquella columna.
Al margen del concepto, siempre despolitizador, del periodista deLa Nación ,
lo que importa aquí es como estaba la Argentina, en ese año bisagra. Los tres poderes
del estado estaban vaciados de credibilidad, y la exclusión social interpelaba
a todos los dirigentes políticos. El periodista, pasó por alto el rol de las
corporaciones económicas y de la corporación judicial, e incrimina
solamente a la “Corporación política”.
Al margen del concepto, siempre despolitizador, del periodista de
Viniendo de ese desvastado escenario nacional, es posible
pensar que el crecimiento económico fluye por las canaletas de la inclusión
social, del desendeudamiento externo, de las inversiones en nfraestructura, de
la restauración de las instituciones del Estado.
El desarrollo socio-económico, es el próximo estadio de los
desafíos. La dirigencia opositora, debería decirnos como seguiremos de aquí en
adelante. Cuales son las plataformas que nos ofrecen, y no caer en la retórica de
por qué no se llegó al desarrollo socio-económico.
Nadie puede negar que en
estos años, nos hemos quitados varias piedras de la mochila.
La dirigencia opositora, debe quitarse el odio. Pensar en el
prójimo. El odio desencadena protestas, pero no propuestas. Quitarse esa
obsesión llamada fin del kirchnerismo, y apasionarse con el principio de…vaya a
saber uno de qué. Ese relato anunciador de la noche por venir, sin crearnos
expectativas favorables con el amanecer, los condena a seguir perdiendo
elecciones.
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