Capitanich, habló de la “injusticia social internacional” como
factor desencadenante de la “crisis del
mundo”, y esa injusticia social internacional fue causada por “Los grupos concentrados de la economía
mundial, y principalmente por el neoliberalismo a ultranza que castigó
severamente a toda la humanidad".
"A la injusticia social internacional, de la única manera que se la combate es con justicia social; con trabajadores trabajando; con consumo popular, con demanda agregada, con pueblo unido, organizado, movilizado defendiendo los derechos para ejercer los derechos sociales que permitan la mayor equidad distributiva”.
"A la injusticia social internacional, de la única manera que se la combate es con justicia social; con trabajadores trabajando; con consumo popular, con demanda agregada, con pueblo unido, organizado, movilizado defendiendo los derechos para ejercer los derechos sociales que permitan la mayor equidad distributiva”.
Capitanich fue más allá. Dijo que:
“Hoy, el mundo
se debate, en dos polos ideológicos muy claros. El neoliberalismo que
estalla, claramente, en los países centrales, y esta gran variante de ejercicio
de transformación estructural que hemos sabido liderar en UNASUR”.
El Gobernador chaqueño, narró algunos de los recursos de la UNASUR sobre los cuales se
sustenta esa transformación estructural: “Nuestra UNASUR tiene la mayor riqueza minera de nuestro
planeta, tenemos riqueza hidrocarburíferas en materia de petróleo y gas;
tenemos la disponibilidad de una extensa geografía con climas diversos, con una
excelencia para el desarrollo turístico; somos el espacio de preservación
ambiental más extensos del planeta. Somos, en nuestro gran territorio de
Unasur, definitivamente un espacio en donde la potencia agroalimentaria,
minera, hidrocarburíferas, turística, ambiental, tecnológica, nos inspira para
la autonomía y para el desarrollo”.
Y aquí recuerdo a José Saramago. Nos decía que "la alternativa al neoliberalismo se llama conciencia". Pero esa conciencia no
deviene desde la divinidad sino desde el trabajo cotidiano que nuestros líderes
hacen, no solo con la gestión sino también con las palabras.
Capitanich- en coincidencia con los
Kirchner, con Chávez, Correa, Dilma, entre otros- rescata esa conciencia emancipatoria, para hacer frente a ese neoliberalismo (o post-liberalismo, para
usar el término que le gusta a Mariano Grondona).
Por cierto, los países
todopoderosos siempre tuvieron conciencia de nuestros recursos. Realizan un obstinado trabajo para fragmentar nuestras naciones. Vecinas pero
alejadas a la vez.
Vale
pensar sobre ese paradigma neoliberal que nos estimula a un consumismo
desenfrenado, y a la utilización de métodos de desarrollos que son depredadores
del Planeta. Los indicadores alertan. Ignacio Ramonet divulga algunos cuando habla de esa “bomba de la miseria” que mata: 1 mujer por minuto en el parto, 21
niños menores a 5 años por minuto, 10 niños menores a 5 años por beber agua de
mala calidad.
Nuestro planeta consume solo el 13% de energía de fuentes renovables; en los últimos treinta años el consumo de plástico se multiplicó por 18. Ramonet, nos pone una parada intermedia para tomar conciencia sobre la responsabilidad que deben tener los países con el objeto de reducir la propagación del método de desarrollo depredador.
Es decir, la conciencia latinoamericana no puede sembrarse bajo el paradigma neoliberal.
Nuestro planeta consume solo el 13% de energía de fuentes renovables; en los últimos treinta años el consumo de plástico se multiplicó por 18. Ramonet, nos pone una parada intermedia para tomar conciencia sobre la responsabilidad que deben tener los países con el objeto de reducir la propagación del método de desarrollo depredador.
Es decir, la conciencia latinoamericana no puede sembrarse bajo el paradigma neoliberal.
La conciencia, como capital simbólico, para frenar el atropello neoliberal
está en proceso de formación desde hace décadas. Los medios de comunicación,
cumplen un rol preponderante para provocar el naufragio de esa conciencia.
Nadie dice soy neoliberal pero el neoliberalismo es omnipresente. El Neoliberalismo, no es una ideología sino más bien un fenómeno de la economía de la especulación, de la economía del dinero que estimula la apertura indiscriminada al librecomercio en los países emergentes, que provoca una extirpación de los recursos naturales, que atropella territorios, y mata seres humanos.
Nadie dice soy neoliberal pero el neoliberalismo es omnipresente. El Neoliberalismo, no es una ideología sino más bien un fenómeno de la economía de la especulación, de la economía del dinero que estimula la apertura indiscriminada al librecomercio en los países emergentes, que provoca una extirpación de los recursos naturales, que atropella territorios, y mata seres humanos.
Festejo que Jorge Capitanich, en
Entre Ríos, haya puesto en escenas estas palabras maravillosas que provocó fervorosos aplausos de la platea kirchnerista. En ese espacio de la
GESTAR , la gran mayoría ya están convencidos (Algunos por conciencia, otros por
conveniencia) que éste es el camino emancipador que debemos transitar en
los años venideros.
Desde mi precario punto de vista, entiendo que Jorge Capitanich,
en su retórica doméstica tiene deudas, para promover una mayor raigambre de esa
conciencia en el Chaco. Nuestros dirigentes tienen austeridad de esa poética,
más allá de los versos acomodaticios que recitan muchos de sus funcionarios ortodoxos. Nuestros principales periodistas escriben con la pluma corporocrática para trazar puentes
entre los poderes corporativos y el poder político. Las discusiones sectoriales
prevalecen sobre las discusiones políticas. Esa conciencia emancipadora está
encarcelada todavía en reducidos grupos.
Es saludable que la
dirigencia política que se prepara para tomar la posta de los liderazgos, internalice y sociabilice esta conciencia para hacer frente al neoliberalismo. La UNASUR , es un instrumento necesario para
materializar esa conciencia que reverdece en América Latina; pero tenemos que
saber que no es la conciencia. La UNASUR ,
como bien señala Jorge Capitanich, es un estadio de integración regional que
debe seguir fortaleciéndose más allá de los líderes actuales. Los líderes pasan, la UNASUR queda.
Con la UNASUR, se
puede interpelar las conductas atropelladoras de los países poderosos, como lo hizo la Presidenta
Cristina Kirchner en varios encuentros
internacionales; y como lo hizo el propio Capitanich en este encuentro de la GESTAR : “La humanidad reclama
justicialismo, la humanidad reclama justicia social; y la justicia social
implica advertir y reconocer que Estados Unidos y la Unión Europea
concentran el 50 por ciento del producto bruto interno del planeta; que el 1
por ciento de la población mundial concentran el 43 por ciento de los ingresos.
Así no hay posibilidad que tengamos paz universal, así no hay posibilidad que
tengamos un planeta justo e integrado. Los mismos que reclaman el combate al
narcotráfico son los mayores consumidores y lavadores de dinero del mundo; los
mismos que reclaman comercios justos son los que imponen las barreras para que
nuestros productos no vendan; los mismos que reclaman seguridad jurídica
fomentan los fondos buitres para extraer las riquezas de nuestros pueblos; los
mismos que se llenan la boca en los escenarios internacionales son los que
ponen en los países las bombas que elimina a nuestros pueblos”
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