Escuela N° 226, Paraje Esperanza (Zona de influencia J.J.CASTELLI) |
Cuando el gobernador dijo en conferencia de prensa que se avanzó
en la inclusión educativa pero que aun falta mejorar la equidad, y la calidad
educativa, algunos se rasgaron las vestiduras y plantearon que el gobierno
provincial pretende liberarse de la responsabilidad de no tener un sistema
educativo equitativo y de excelencia.
Lo curioso es que muchos de los que se
rasgan las vestiduras, no cumplieron con el mínimo de inversión requerida porla constitución provincial, mientras fueron gobierno. El problema del sistema
educativo es un problema estructural que debe ser abordado con responsabilidad social por la
clase dirigencial.
Nuestro país, y los países de América latina en general,
acarrean un deterioro del sistema educativo desde los años setenta, cuando las
crisis de las deudas, y los consiguientes ajustes, repercutieron negativamente
en los salarios docentes, en las inversiones en infraestructura y en formación
docente, y en la currícula.
El primer punto a destacar, es que el gobernador diga donde
estamos parados. Comparte el diagnostico, informa lo realizado e hizo mención
de lo que está pendiente. Curiosamente, los reportes de prensa, soslayaron los
avances en materia de inclusión educativa, en una provincia que tiene los
índices más altos de analfabetismo a nivel nacional.
La inclusión
educativa, es un paso necesario, en la lucha contra la pobreza
intergeneracional. Los niños que hoy pueden acceder a las escuelas, serán los
jefes de hogar del mañana. Abrir escuelas en los lugares más recónditos de la provincia, aumentar
la oferta de aulas en las zonas urbanas, mejorar la infraestructura existente, estimular
la formación docente; son aspectos que tienden a generar efectos favorables en
el rendimiento educacional de los niños de la próxima generación, y es la base
para la movilidad socioocupacional ascendente de los futuros jóvenes. El
esfuerzo estatal para reducir la deserción y la repitencia escolar permite
trabajar sobre los sectores más vulnerables de la sociedad, que son los de
bajos ingresos y las zonas rurales.-
Combatir la pobreza y la desigualdad intergeneracional no es una
agenda de coyuntura que deba recaer en un solo gobierno. No son los maestros
los responsables de las adolescencias del sistema educativo. Tampoco debemos
admitir un Ministerio de Educación que se conciba como una quieta cartera
administrativa. Se trata que todos los sectores sociales se involucren para la gestión de ese capital potencial que es el
conocimiento. La dinámica educativa es responsabilidad de todos.
Es contradictorio que mientras un gobierno realiza los esfuerzos
para que los niños ingresen y se mantengan en las aulas; por otro lado un par
de gremialistas intentan cerrar las puertas de las escuelas. El
gobernador dijo “No se puede poner de rehenes a los alumnos” pero en realidad
las posturas intransigentes secuestran el futuro de cientos de jóvenes
chaqueños.
La equidad educativa es el desafío que nos propone Capitanich. Y aquí existen tres estadios
a tomar en consideración. No es solamente la equidad del sistema educativo
propiamente, sino lo es también la equidad precedente y la equidad posterior al sistema
educativo. Las potencialidades de los aprendizajes no son homogéneas.
Si miramos ese país colapsado en el dos mil uno, advertiremos
que las heridas de esa caída están abiertas. La potencialidad de aprendizaje no
es equivalente. La falta de equivalencia se aprecia entre los sectores de
ingresos medios y bajos, entre zonas rurales y urbanas. Un niño que egresa en
una escuela rural se encuentra con la triste realidad de no tener la
posibilidad de ir a la escuela secundaria. La equidad y la excelencia son
desafíos de largo plazo, en la cual como dijo el gobernador, es necesario que se
involucren todos los sectores.
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