Bacileff dejó el rol de observador crítico. Deberá
entrar en la cancha política con todas sus implicancias. Es prematuro analizar
cuales serán los alcances y efectos de las diferencias conductivas respecto de
su predecesor. En su primer gesto gubernamental procedió con solidez cuando
confirmó en el cargo a Raúl Codutti. También en su primera declaración pública
dijo que revisará la distribución de las pautas publicitarias. La gestión
Capitanich tenía un vértigo imposible de igualar. Nadie le pedirá que la iguale.
Sin embargo, es razonable que al menos se proponga sostener las ruedas.
Capitanich, con su ritmo, cubría las falencias ministeriales. No se debe perder de vista que la velocidad de una gestión
también implica disponer funcionarios, con energía y con capacidad, para
confeccionar y ejecutar distintos proyectos ejecutivos.
La velocidad de respuestas del estado incide en el
curso de la economía del sector privado. Esto exige un mayor cuidado a la hora
de establecer los cambios de ministros. Y más cuando se tratan de áreas que son
sensibles. No hay apuro para desacelerar. Menos aún en un mes, por siempre
complejo, como lo es el mes de diciembre.
Juan C. Bacileff Ivanoff, en una extensa entrevista
que le realicé en el año 2.011 decía “pretenden un gobernador de facto” en
alusión a las intenciones de Gustavo Martínez. También, en la misma entrevista
manifestó que no estaba de acuerdo que el ministro de ordenamiento territorial
sea a la vez Presidente de SAMEEP. En esos momentos, el vicegobernador debía
atajar las presiones de comunicadores, medios principales. Como si fuera poco,
los Nievas se hacían sentir en el internismo de su querida ciudad de Castelli.
Sobre Ivanoff se escribió traidor, cobos, etc.
Bacileff Ivanoff, desde un plano individual, podría
considerar que lo más saludable es evitar el desgaste de las pujas internas.
Pero esto podría significar la aparición del riesgo de un co-gobierno con Gustavo
Martínez. Doble comando. Poder simbólico y poder real. O en palabras de Bacileff,
versión 2.011, un gobernador de facto. No creo que el actual gobernador entre en
la incoherencia entre los dichos y hechos.
Un atajo de esta magnitud será prescindir de los
principales elementos que convocaron el apoyo masivo en las urnas a la gestión
Capitanich.
Gustavo Martínez es un dirigente importante del
justicialismo. Nadie lo desconoce. Su carrera política nunca lo tuvo como
intendente, ni como diputado nacional, ni como senador nacional, ni tampoco
pudo ganar elecciones en la cual puso a disposición su nombre. Es un líder
dentro del justicialismo. Lidera a varios intendentes con admirable creatividad.
En todas las coyunturas políticas, su dinámica le permitió aumentar su poder. Y
esta vez, no hay motivos para pensar que sea diferente.
Verdad de Perogrullo: La sociedad chaqueña por amplia
mayoría eligió el modelo de gestión impulsado por Capitanich. Ese el tesoro
político que deberá proteger en los próximos dos años. La política es un juego
colectivo. Bacileff no tiene el derecho de esquivar el rol que le asignó la
historia: “Tratar que el próximo gobierno siga siendo un gobierno peronista”
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