“Futuro” es la palabra elegida por muchos
dirigentes para hacer proselitismo. También es el tiempo del verbo que, expresa una acción que sucederá con
posterioridad a la enunciación.
Nadie nació de un repollo. Ni la argentina.
Tenemos un pasado que nos interpela todos los días. Las desventuras sociales no
son nuevas, sino consecuencias de acciones, omisiones, negligencias o desidias
del pasado. La utilización de la palabra futuro, es un buen modo para huir de
los debates que tampoco nacieron de un repollo. Los medios principales a nivel
nacional huyen hacia el futuro para ocultar sus participaciones en los años de
dictadura. No hay pasado. El presente es malo. Una catarata de futuros. Las
fábricas de consignas vacías tienen
mayor productividad que las fabrica de planes de gobierno. Todo vale para
menospreciar las políticas publicas del presente.
Muchos se rasgan las vestiduras, casi hasta la
imbecilidad, con la asignación universal por hijos que igualan en derechos a
hijos de trabajadores desocupados de los trabajadores activos. La AUH , como concepción, es una
conquista de los miles de niños y niñas para alejarse del hambre, de la
desnutrición, para acercarse a las escuelas, y para recibir las vacunas
preventivas.
No es ningún golpe bajo pero al solo efecto
ilustrativo, es bueno traer a cuenta, palabras que ocupaban espacios a fines de
los ochenta; en este caso de Ricardo Barrios Arrecha. ¿Quién? Ricardo Barrios
Arrechea, -ex gobernador de Misiones- ministro de salud y acción social de Raúl
Alfonsín, en un reportaje defendía la caja de PAN, y explicaba que “Lo que se
ha disminuido es la leche dentro de la caja PAN, que eso sí es lo más caro; los
dos kilos de leche por cada caja era casi el 50% del gasto, se apunta a una
distribución más selectiva de la leche”. Y ante la repregunta del periodista
que le hacía el reportaje sobre la falta de carne, respondía “Bueno, pero hay
corned beaf…es un gran programa”.
La caja PAN ocupaba el centro de los debates
políticos cuando se focalizaba el tema pobreza. María Elena Walsh, en su
sensibilidad social indiscutible, decía: “El PAN no solamente es la entrega de
alimentos sino que, con la excusa de las reuniones de entrega de las cajas se
ha motivado la reunión de las familias y la comunidad…además hay que destacar
también que se han abierto en estos años una cantidad muy grande de comedores
escolares”
Las ocupaciones presentes son reivindicaciones
a reclamos de décadas. También son semillas que se cosecharán en el futuro,
como esas 9 universidades construidas en esta última década. Yo no se si 72
centros de salud, 36 hospitales, 417 escuelas, 18 acueductos, sumarán algo para
generar movilidades sociales en esta provincia, pero sospecho que ciertos
efectos positivos generan, y generarán a mediano y largo plazo. Hay muchos
temas pendientes para debatir y buscar un avance. Por ejemplo este sistema de
obras sociales que tiene partes que en su interacción, ralentizan los servicios
cuando las enfermedades son incapaces de esperar. Falta mucho.
Sin embargo, en ese latiguillo de “falta mucho”
es fundamental que cada dirigente reconozca las evoluciones en el país, y en
nuestra provincia. Deberían decirnos cuales son las acciones que buscarán
promover con posterioridad al tiempo de la enunciación; y ser más austeros en
el uso de la palabra “futuro”. No sabemos si quienes fueron gobierno realizaron
una autocrítica sobre sus gestiones; y que alternativas superadoras tienen para
el futuro.
Los paquetes electoralistas nos marean.
Algunos pasan de escrachar a abrazar sin ponerse colorado. La coyuntura
electoral permite agraviar las verdades del presente, tapar los pasados; y
hacer lindos versos con la palabra futuro.
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