Que los opositores no encuentren la autonomía política
del gobierno corporativo es un dato preocupante. La otra vez, cuando veía a
miles de manifestantes coreando sus impotencias, pensaba que triste destino de
aquellos insultadores que enrojecieron sus gargantas para luego encontrarse con
la nada. Esos manifestantes, que insultaban a un gobierno, legitimado
socialmente en las urnas, tienen la voluntad de legitimar a alguien pero la
respuesta política es la nada. Aquellos manifestantes del 2.001 era por el “váyanse
todos”, estos manifestantes son por el “Vuelvan todos”.
La crisis de legitimidad del polo opositor no llega a
las tapas ni abre ningún debate. Para los medios dominantes, el país está en
crisis y la causa de esa crisis se llama kirchnerismo. La crisis del
radicalismo, la crisis de la coalición cívica, la crisis de proyecto sur, no
merecieron la atención de los medios dominantes. Esto parece una gran ayuda de
parte del gobierno corporativo pero en esencia es un gran problema para la
política nacional.
Los opositores fueron guiados a repetir un libreto en
contra del kirchnerismo, a contraponer mensajes en contra del “relato”. Todos
se desviven por escribir una columna en Clarín, todos quieren caer bien con el
jefe, compiten entre ellos por ser el más servicial, por ser el que mejor dice todo
aquello que le conviene al jefe. El opositor se expresa siempre sobre agendas que
no le son propias: la del gobierno nacional o la del gobierno corporativo. La
agenda propia (si alguien la tiene) del opositor es ninguneada por los medios
dominantes. Clarín protesta contra 6-7-8, contra futbol para todos, contra la
cadena nacional, contra la inexistencia de conferencias de prensa, contra la
legalización cambiaria, contra la re-reelección. El opositor protesta por lo
mismo.
El opositor trabaja para
incrementar los costos políticos al kirchnerismo pero se olvidó de trabajar
para aumentar la rentabilidad política de su propio espacio. El opositor en esencia debería ser un
“político” pero se transformó en “analista político”. Para peor de males, es un analista político sin libertad de
expresión, que se somete al control de la “pregunta guía” del periodista. El opositor no se puede expresar libremente
en los medios dominantes, es aporreado por los filtros de los periodistas, es
ninguneado sin medias tintas. El mensaje tácito que percibo de la
producción de los programas es un “Te
invito para que hables mal del gobierno nacional”, y el opositor ve la luz
roja, el rostro adusto del periodista y desenfunda un recitado de argumentos
que el gobierno corporativo quiere que se repita.
Duele decirlo, me conmueve pero es la realidad; sino
repasemos el día después de la movilización inducida cuando los opositores se
vanagloriaban por la supuesta espontaneidad de la misma, aun cuando esa
espontaneidad declamada por Clarín era el mejor reflejo del fracaso del arco
opositor. Hasta el 2.011 fueron los
brazos políticos del gobierno corporativo, fueron parte del show de
victimización montado por el esplendoroso grupo Clarín. Perdió el gobierno
corporativo. Hoy el gobierno corporativo busca rearmar su estrategia de lucha, directamente
intenta abrevar energías en ese segmento social, que históricamente tiene
cuentas pendientes con el negrerío. Clarín busca fortalecerse en ese fragmento
que está enojado porque no puede comprar dólares con los ingresos que evade,
que está enojado porque al negrerío le aumentaron la
AUH. En este escenario, el opositor es aún
más descartable para el gobierno corporativo, y se lo harán saber una y otra
vez desde el grupo.
El exceso de legitimidad social que tiene el gobierno
nacional no es el peor riesgo para la salud republicana. El peor riesgo para la
republica está dado por el defecto de legitimidad social que tienen los
opositores. El problema es la insignificancia
creciente de los opositores, no la hegemonía del kirchnerismo. Los
dirigentes políticos que integran el amplio arco opositor, deberían hacerse
cargo de sus errores, y volver a trabajar de político.
Los insultadores tienen la voluntad para legitimar. La nada, la previsible nada, es la respuesta para esos compatriotas enojados. Arrancamos una semana en la cual los opositores brillarán con argumentos en defensa de Clarín, todos se verán
obligados a participar de las tertulias televisadas que organizará Magnetto
para defender su gran negocio monopólico. No faltará ni uno solo a la cita.
Todos dirán lo que ya dijo Clarín, todos utilizarán las mismas cartas para
asustar a la sociedad con el día después del 7-12.
¡Che opositor, laburá de
político que una parte del pueblo te necesita. Clarín no te necesita. Clarín tiene muchos periodistas, a Macri para los buenos negocios y a Daniel Sabsay para los asuntos jurídicos!
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