QUE SE NOTE, SCIOLI ES UN INEPTO Y CRISTINA LO SALVA

"Gracias a Cristina, los trabajadores bonaerenses
Cobrarán el aguinaldo"

Daniel Scioli, no es un dirigente político de mi adhesión. No se si gestiona bien o mal la provincia de Buenos Aires, pero me da la sensación que hoy está en un estrecho donde es empujado por los kirchneristas, y estirado por las corporaciones. Algunos militantes del kirchnerismo festejaron el origen de la solución para pagar el medio aguinaldo a los empleados públicos bonaerenses. No festejaron que los empleados cobren sus servicios, sino festejaron que alguien superior bajó con una alforja de dinero para repartirla en territorio bonaerense. El bendito dinero de la rosada llegó justo cuando el gobernador estaba por juntar el maldito dinero de las licencias de los juegos de azar. Más allá que el dinero no sea de Cristina (sino del Estado Nacional, y de las provincias), el Vicepresidente de la cámara de diputados de la provincia de Buenos Aires, José Ottavis dijo sin ningún pudor en su cuenta de twitter: “Gracias a Cristina, los trabajadores bonaerenses cobrarán el aguinaldo". Que se note, Scioli es un inepto, y Cristina lo salva. Triste espectáculo, en el marco de un proyecto político que vino a resolver viejos problemas de un país apremiado por gobiernos serviles a las corporaciones, y a ofrecer nuevos marcos cualitativos para las futuras generaciones. 

Néstor Kirchner postuló: “Yo estoy subiendo unos escalones en mi sueño. Los voy a dejar a ustedes, los militantes, en el centro del proceso”. Ese centro que postuló Kirchner, es un lugar trascendente para la militancia, que se pone en riesgo cuando alguien como Ottavis o Mariotto (que están en el centro del proceso) acortan camino por la ruta de la adulación. Ese centro neurálgico no puede dilapidarse tan rápido por los viejos vicios que existen en las construcciones de poder. Veo con mucho agrado que la militancia se organice en el marco de un proyecto político pero no coincidiré, cuando esa organización quede atrapada en un sentido unidireccional que baja del poder superior. No solo se trata de convencer a los provincianos de las virtudes del proyecto nacional, sino además de elevar las inquietudes a las autoridades de la Nación de las vicisitudes de nuestras realidades locales. El legado de Kirchner, será rentabilizado políticamente, en tanto y en cuanto, existan estos intercambios.

Decía Scalabrini Ortiz: “El orgullo desmedido, en que alternativamente, los hombres de gobierno incurren, extingue la idea de la responsabilidad. La soberbia es inescrupulosa: el que es poseído por ella cree debérsela todo a si mismo. Olvida que es una factura del pueblo y esta muy próximo a traicionarlo…La mayoría de nuestros políticos se caracterizan por su torpeza a este respecto. Cuando tienen la venia popular adulan a la multitud creyendo así asegurar sus canonjías. Cuando caen victimas de sus codicias, no hallan expediente mejor que vituperar a los mismos que adularon” 

Las diferencias ideológicas y de estilos, no son una novedad. El estilo que se le cuestiona a Daniel Scioli es preexistente al kirchnerismo, fue un deportista de alta competencia, y en la política siempre fue una especie de relacionista público, un proveedor de sonrisas a diestra y siniestra. Los dirigentes toman derroteros estratégicos, que no necesariamente deben ser aclamados por la militancia, y más cuando desde el plano dirigencial se hizo caso omiso a las reservas que tenían los militantes sobre Daniel Scioli. Mientras la izquierda peronista despotricaba, el kirchnerismo lo abrazaba en su proyecto de poder; Mariotto decía: "En la provincia hay que seguir construyendo lo que vino haciendo el gobernador Scioli, con más inclusión, con más educación, trabajando las políticas de Derechos Humanos, las políticas de seguridad. Daniel bajó los índices de desocupación en la provincia de forma profunda, hay trabajo y el proyecto nacional forma parte de la cotidianidad del bonaerense" 

 Gabriel Mariotto, es un palabrista que no ahorra recursos para predicar que no solo es un leal militante k, sino que además es un delegado de Cristina. Dijo "Yo respondo a la presidenta de la Nación, y Daniel Scioli, como el resto de los gobernadores, tiene que tener como conducción a nuestra Presidenta…” Las palabras tribuneras de Mariotto no pueden pasar inadvertidas cuando increpa la autonomía de una provincia. La construcción territorial, se puede hacer sin caer en la bajeza de golpear al extremo el sentido federal de una provincia. 

Ningún gobierno central puede deslindar sus culpas sobre los sucesos en la provincia de Buenos Aires. No se trata de contar cuanta plata se envió a una provincia, esa actitud de tesorero es similar a lo que ocurre entre los dirigentes de San Lorenzo, donde el Presidente que se va quiere recuperar el dinero que puso, y a la vez piden que llegue otro pero con la caja. La invisibilidad histórica que tuvieron los gobiernos centrales al interior profundo del país, significó que miles de ciudadanos fueran empujados hacia el conurbano bonaerense. La clave sigue siendo, generar un clima de inversiones productivas, que agreguen valor en las provincias más postergadas.