¿Domar el costo laboral mediante la no registración de
empleados?. El Ministro de Empleo presentó un proyecto de ley que contiene
premios y castigos, pero sufrió un freno en la cámara de Diputados, porque
algunas cámaras empresariales no estaban de acuerdo con el aumento de las
multas, según lo dejó entrever el propio Sebastian Agostini.
Rodolfo Opat, en el marco del aniversario 61 de la Federación Económica
del Chaco, cuestionó duramente a las autoridades nacionales por la falta de
responsabilidad social, y además habría planteado que existen empleados que
ganan más que los empleadores. No hace mucho, pidieron el achicamiento del
gasto público.
Sería alarmante comprobar la existencia de un lobby patronal
para frenar una ley que tiende a fortalecer la economía formal. Mantener empleados en la informalidad (En
negro), entre otras cosas, significa obtener rentabilidad ilegal. Para
hablar de temas actuales, con esta rentabilidad ilegal, muchos pretenden
comprar dólares sin que la AFIP
ejerza su control. Cuando se habla de lavado de dinero no solo se refiere a los
fondos originados por el narcotráfico sino además por los fondos que se evaden
de la economía formal. Los sectores patronales se quejan por la inseguridad
pero no hacen hincapié en la queja de la inseguridad social que significa la
informalidad laboral. Los medios publican solamente los casos de inseguridad, cuando
las victimas son los sectores empresariales, y no los casos de inseguridad
donde las victimas son los trabajadores.
Según la Encuesta Permanente
de Hogares (EPH), en el último trimestre 2011 había un 67% de informalidad en
el sector privado, en tanto que en el sector público la informalidad llegó al
20%. Si tomamos como referencia, el Fondo de Salud Publica recaudado en un
periodo consecutivo de doce meses (mayo 2011-Abril 2012) por la Administración
tributaria provincial, apreciamos que solo 42.74%
($ 31.140.781,16) de la recaudación se origina en la nómina del sector privado,
y el 57,24% ($41.689.610,65) en la nomina del sector publico. La pregunta es ¿Cuántos pesos no ingresan a la provincia
por la informalidad laboral, cuantos pesos les quitamos a la ANSES?
La evolución del
empleo y de registraciones laborales en el sector privado es innegable, y se puede constatar en el
siguiente gráfico para la serie de tiempo 2003-2011. El año 2011 fue récord en
la serie, se registraron 67.100 empleados en promedio, mientras que en el año
que asumió Néstor Kirchner se habían registrado 38.500 empleados en promedio. También,
la relación cantidad de empleados por cada empleador registrados creció: en el
2003 la relación era de 5 mientras que a partir del 2010 esa relación llegó a 7
empleados por cada empleador registrado.
Si tomamos los datos de la economía formal, el sector agroganadero es el menos dinámico
en la generación de empleos, prácticamente
se mantuvo constante en una serie de
nueve años, mientras que los otros sectores presentaron una tendencia
creciente, en especial en los sectores de servicios, de comercio, y de la
construcción. El empleo industrial evolucionó pero en forma más aplanada que el
resto de sectores. Se debe reconocer, que en el empuje hacia la registración
laboral, es clave la tarea que desempeñan los sindicatos de cada actividad. La
informalidad de un sector, no lo solo constituye la quita de derechos de
seguridad social a sus empleados sino que además afecta a los demás sectores de
la economía por distintas vías.
Sin entrar en una falsa dicotomía, pero al solo efecto de comparar
la dinámica de empleos del sector de la construcción, y del sector rural. Se
observa que la construcción, partió de un nivel muy bajo de empleos registrado en
el 2003, hasta superar al empleo rural en los últimos dos
años en forma consecutiva. Otro dato a tomar en cuenta, es la relación Empleados/Empleador
del año 2011, en el sector rural la relación es de 3 empleados por empleador, y
en la construcción 20 empleados por empleador.
En cuanto a la incidencia de cada sector de la economía en
materia de empleos, el sector de servicios, encabeza el ranking de empleados y
empleadores registrados, lo sigue el sector de Comercio. El sector rural, está
tercero en cantidad de empleadores registrados pero figura último en el de
cantidad de empleados registrados, intercambiando el puesto con el sector de la
construcción. El sector industrial figura cuarto en ambos ranking.
Es paradójico, también escuchar permanentes
quejas de los patrones agroganaderos, cuando se aprecia que ni los precios
competitivos de los productos primarios, ni las desactualizadas bases
imponibles del impuesto inmobiliario rural, ni las exenciones impositivas, ni
los subsidios, ni el aumento de las exportaciones ni la refinanciación de las
deudas con el banco Nación, pudieron torcer el destino en materia de empleo
rural. En fin, para los peones rurales del Chaco adentro, los tiempos de vacas
gordas nunca existieron. Se entiende que en el empleo
rural caiga en épocas de vacas flacas, pero cuando los patrones agroganaderos se erigen desde el
discurso, como los héroes del resurgimiento económico argentino, eso no se
condice con la generación de empleos.
En conclusión, aspirar a una mayor formalización de la
economía debe ser el objetivo de todos, y no suenan bien aquellas prédicas que
intentan sostener la informalidad laboral.
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