No puedo mentir,
me asusté cuando leí el titulo del diario Norte de hoy “No solo el Chaco busca
alivio fiscal mediante la emisión de títulos públicos”. Luego pienso en los
discursos de algunos amigos de la
Alianza que saldrán a fustigar al gobierno provincial,
explicarán con poses catedráticas, lo mal que están las finanzas publicas de la
provincia. Pero antes que eso suceda, repaso algunos apuntes, algunos diarios
viejos, y releo el blog de los amigos del Frente Grande como usina de
información. En este salpicón de fuentes que realizo a las apuradas, me
encuentro con una triste realidad narrada por el diario ámbito financiero, a
principios del año 2.007, cuando informaba que el Chaco llegaba al podio de las
provincias más endeudadas del país, TERCER lugar, por debajo de las provincias
de Buenos Aires y Córdoba. El stock de la deuda de aquel entonces era $
4.178.919.000, una década antes-relataba el diario- el stock de deuda era poco
más 500 millones de pesos (dólares) y con 9 provincias por encima del Chaco. Claro
no descubro nada nuevo, si esto era vox populi en aquellos años. La vertiginosa
carrera de endeudamiento provincial, bajo la gestión de la Alianza Frente de Todos, que
significó el avance de siete casilleros en el ranking nacional, es uno de los legados cuyos efectos se
mantienen en el presente.
En promedio,
cada año de gestión de la Alianza Frente
de Todos, significó casi 277 millones de
pesos anuales de endeudamiento. Si 277.000.000 de pesos por año, lo repito
para que me quede bien en la memoria; según el cuadro del blog del Frente
Grande, cuando Acción Chaqueña se fue del gobierno en 1.995 la deuda pública
actualizada ascendía a $
1.129.944.073,94 y cuando la Alianza
Frente de todos terminó su gobierno la misma ascendía a $ 4.453.913.640,00, un crecimiento en
el nivel de deudas de 294,17%.
Cabe
preguntarnos, ¿Para que fue utilizado este voluminoso endeudamiento provincial?.
Origen y aplicación de fondos que se llama, pero como estoy apurado no tengo
tiempo para buscar datos sobre la aplicación de los fondos. A prima facie, uno
podría decir, que el endeudamiento sistémico fue implementado para financiar
una administración deficiente, anémica de ideas para darle productividad a esos
fondos que entraban a la provincia, y que prefirieron la cómoda resignación de
la excusa. Es cierto, el ex gobernador Roy Nikisch, fue menos agresivo en el
endeudamiento, en abrapalabras me contó casi con orgullo, “yo me sentaba sobre
la caja” y pagaba los sueldos en tiempo y forma. Un valioso acto administrativo
-propia de un gerente de tesorería que administra las entradas y salidas de
fondos de acuerdo a las pautas estratégicas de un superior- pero de exiguo
valor para el nivel estratégico que encierra la gestión de un gobernador.
Para tomar un
dato que demuestra que la provincia puede tener un desvío positivo respecto a
los acontecimientos nacionales, podemos citar que en el periodo 2007-2011, el
Chaco creció 56,3% en su nivel de actividad económica mientras que el
crecimiento nacional fue de 25,8%. El crecimiento chaqueño explicado en una
parte por las variables del contexto nacional y en otra por la mano estratégica
de la gestión local. Esto permitió no solo generar empleos, aumentar el
consumo, sino además incrementar las recaudaciones tributarias propias que
sumada a un gradual mejoramiento en el sistema recaudatorio forman un cóctel de
gestión valido de remarcar. Se advierte que los fondos que ingresan a la
provincia tienen un correlato en la economía chaqueña.
Si bien es
cierto que la posición en el ranking de las deudas provinciales se mantiene en
el tercer lugar, cabe anotar algunos datos adicionales que ofrecen algunos resortes
para pensar que desde el 2.007 existe un cambió en el enfoque de la gestión de
los recursos y necesidades publicas. En principio, tomando los datos de la
deuda del programa de desendeudamiento firmado con La Nación en Diciembre último,
existiría una reducción en términos absolutos de unos mil millones de pesos
respecto al 2.007, un descenso de 23%.
Específicamente,otro indicio del cambio de enfoque de la gestión es que en el año 2002, se
requería TRES presupuestos anuales para cubrir la totalidad de la deuda
publica, la relación era del 313%, y en el 2011 la deuda publica es cubierta
con menos de la mitad del presupuesto anual, la relación deuda/presupuesto cayó
hasta el 41%. Y la meta del gobierno provincial es llegar a una relación del
29% hacia el 2015.
Otro dato
significativo que puso de manifiesto el gobernador, es que en 1.989, el Chaco
necesitaba dos años de producción de bienes y servicios para cubrir los importes
de la deuda. Según estimaciones del gobierno provincial, en el 2.012 alcanzará
un poco más de un mes de producción de bienes y servicios, es decir, la deuda
representará el 11% del Producto Bruto Geográfico anual.
Obviamente, el
nivel de actividad del estado creció en los últimos años. La satisfacción de
las necesidades públicas en distintos frentes y en forma simultanea, los
descuentos de parte de los ATN que disminuye la deuda por medio de
compensaciones; exigen mayores necesidades de financiamientos.
No obstante eso,
los resultados fiscales se acomodan a ser los mejores de la historia, y que
además tiene datos cualicuantitativos interesantes de reflexionar. Bajo la
gestión Capitanich se logró revertir el incumplimiento constitucional del
periodo 2003-2007 en materia de INVERSIONES EDUCATIVAS que deben ser del 33%
del presupuesto. Los faltantes
acumulados en los cuatro años de Nikisch suman $ 295.919.820, que bien
podría computarse como una deuda del estado provincial con el sistema educativo. El punto de inflexión fue el año
2008, y a partir de ahí el Estado Chaqueño siempre invirtió más que ese mínimo
requerido por el Art.83 de la Constitución
Provincial. Si sumamos los cuatro años de Capitanich, la inversión excedente respecto al mínimo
requerido fue de $ 1.085.467.590, logrando la reparación de aquella deuda
social educativa contraída en el periodo preexistente. En el 2011 la inversión
educativa fue del 34.5% del presupuesto total. Esto también nos permite
dimensionar los intereses de las gestiones publicas, de más está decir que para
incrementar la competitividad de la provincia se requiere de la inalienable
vocación de invertir en educación para encontrar ese beneficio social que desde
una concepción humanística se traduce en la inclusión a la igualdad de
oportunidades.
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