Cobos viendo pasar a la historia en sus ojos |
“El, Moreno, y
Florencia K” los vértices del triángulo que utilizaron las empresas de
comunicación para criticar el acto de asunción de Cristina Fernández de
Kirchner. Es cierto que TN, en los segmentos que vi, estuvo prolijo, informó
la gratuidad de los pasajes del transporte público hasta la medianoche, acaso
curado de la derrota persuasiva cuando en la fiesta del bicentenario intentó instalar
un clima de caos para desalentar la movilización hacia la plaza, o más
simplemente porque Marcelo Bonelli no estaba al frente de la conducción. Hubo
algunas digresiones pero nada para alarmarse.
El que trabajó de duro para cuestionar las formas del acto fue Clarín.com. Los puritanos de protocolos desenfundaron sus resentimientos para remarcar que Julio C Cobos fue fríamente saludado (bueno, fue un saludo protocolar). La cinta presidencial fue puesta por Florencia Kirchner. Moreno avanza sobre el gobierno.
El que trabajó de duro para cuestionar las formas del acto fue Clarín.com. Los puritanos de protocolos desenfundaron sus resentimientos para remarcar que Julio C Cobos fue fríamente saludado (bueno, fue un saludo protocolar). La cinta presidencial fue puesta por Florencia Kirchner. Moreno avanza sobre el gobierno.
El sonido popular juntaba a las épocas, mezclaba ecos acumulados a lo largo de la historia con las voces de las jóvenes gargantas. La asunción de CFK fue una fiesta apropiada por el pueblo. Fiesta de los orilleros, de los trabajadores, de los descamisados, de la juventud maravillosa, de los estudiantes. En la patria popular, los intérpretes se confunden. Es la presidenta y su pueblo, es el pueblo y su presidenta. Ella y nosotros.
Ella, distinguida
por el 54,11% de los votos, acarició las aguas de un acaudalado río de
esperanzas pero también nos recordó esa orilla desde donde partimos en el año
2003. Debía ser así. No podía hablar de desendeudamiento sin mencionar la
asfixia social con estrangulamiento institucional que provocó el endeudamiento
en la época neoliberal. Tampoco podía caer en una
injusticia histórica de no remarcar la decisión firme de Néstor
Kirchner para quitarnos esas pesadas piedras colgadas en el cuello de cada niño
nacido y por nacer en la Argentina. El endeudamiento no es moco de pavos,
es alimento de buitres. Sí ya se, los puritanos del diccionario objetan la
palabra desendeudamiento.
Los de las plazas
(nosotros), vaciamos los pulmones con cada parte de su discurso. Ella notificó
a las corporaciones que no era la presidenta de las corporaciones sino de los
cuarenta millones de argentinos. Es una declaración de principios, y es una
reafirmación del modelo. Ser la presidenta de los cuarenta millones, entre
otras cosas, es seguir los caminos de la restauración de los tejidos sociales. Ratificar
un modelo de inclusión social y de exclusión corporativa. Esta Marcación de
límites a las corporaciones, me hizo recordar a Héctor Cámpora cuando
dijo en su discurso de asunción que solo quedarán marginados aquellos que son
servidores genuflexos de los monopolios apátridas. También me acordé de Domingo
Cavallo cuando en su último servicio a la patria corporativa acorraló el sudor
de los argentinos.
"Los medios
extranjeros dicen que la presidenta rompió el protocolo de juramento"
titulan algunos medios nacionales que un rato antes fueron las fuentes de
algunos medios extranjeros. La espiral de
fuentes periodísticas estaba muy lejos de ser verdad. La Presidenta
juró por Dios y la Patria y luego se sometió por propia voluntad a un tribunal
adicional para el caso de no cumplir el juramento, “si así no lo hiciere que dios, la
patria y El me lo demanden”.
Las línea
editoriales de las grandes empresas siembran conclusiones absolutas, por
ejemplo le dan status de malaria al consumo cuando dicen “la fiesta del
consumo”. Pero no dicen, cual es la otra fiesta que anhelan.
Un dirigente
nacional, del residuo del peor duhaldismo, se preguntaba si la presidenta
convocará al dialogo a quienes piensan diferente? Y a mi me parece que existe
un dialogo abierto y público. ¿Son sordos? No escuchan cuando la presidenta trabaja
en contestar a los planteos que hacen?. Eso sí lo que no pueden hacer es
"Dictar" la eliminación del disenso sobre puntos sustanciales como
los derechos humanos, las AFJP, la ley de medios, la asignación universal.
Ella, El y
nosotros, ¿quien nos garantiza que no estamos equivocados? Clarín?
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