Desde un cártel de petroleros del tercer mundo (OPED) hasta un cártel de acreedores del primer mundo (FMI). En el medio el pueblo de América Latina.
La victoria bélica de Israel en la batalla del Yom Kipur iniciada el 6 de octubre de 1973, dejó consecuencias económicas: La imposición árabe de embargar sus ventas de petróleo para Estados Unidos y los países que apoyaron militarmente a Israel. Medida respaldada por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
La escalada de precios del crudo no se hizo esperar. En pocas semanas, se posicionó en un nivel cuatro veces superior al valor inicial de dos dólares por barril. Más tarde esa acción conjunta de los países petroleros llevó a U$$ 40 por barril en los mercados internacionales.
En los países árabes, se produjo un nivel de ingresos superior a su capacidad de consumo.
Los ingresos no consumidos fueron depositados en los grandes bancos estadounidenses, europeos y nipones. Nace un nuevo instrumento financiero: Los petrodólares. Los saldos depositados crecieron desde los 82 mil millones de dólares a principio de 1975 hasta 440 mil millones en 1980. Es decir, los depósitos de petrodólares se quintuplicaron en apenas cinco años.
En la calle, podriamos decir, que los bancos tenían en sus arcas petrodolares para hacer dulces pero claro que la captación de depósitos necesita de la otra parte del negocio que es otorgar préstamos para ganar intereses, y obtener spread bancario.
Pero, a quien prestar? A quien lo necesitara! Y si no había necesidad, habría que crearla. Todo valía en el esquema de rotación del dinero, desde promover el consumismo hasta los "países del tercer mundo".
La escalada de precios del crudo no se hizo esperar. En pocas semanas, se posicionó en un nivel cuatro veces superior al valor inicial de dos dólares por barril. Más tarde esa acción conjunta de los países petroleros llevó a U$$ 40 por barril en los mercados internacionales.
En los países árabes, se produjo un nivel de ingresos superior a su capacidad de consumo.
Los ingresos no consumidos fueron depositados en los grandes bancos estadounidenses, europeos y nipones. Nace un nuevo instrumento financiero: Los petrodólares. Los saldos depositados crecieron desde los 82 mil millones de dólares a principio de 1975 hasta 440 mil millones en 1980. Es decir, los depósitos de petrodólares se quintuplicaron en apenas cinco años.
En la calle, podriamos decir, que los bancos tenían en sus arcas petrodolares para hacer dulces pero claro que la captación de depósitos necesita de la otra parte del negocio que es otorgar préstamos para ganar intereses, y obtener spread bancario.
Pero, a quien prestar? A quien lo necesitara! Y si no había necesidad, habría que crearla. Todo valía en el esquema de rotación del dinero, desde promover el consumismo hasta los "países del tercer mundo".
Las necesidades de financiamiento de los déficit fiscales y comerciales de los países del tercer mundo tenían a mano la posibilidad de tomar empréstitos sin caer en la impopularidad que genera aumentar impuestos, crear aranceles o emitir monedas. En la década del 70, Más de 400 bancos privados del primer mundo otorgaron préstamos al tercer mundo aunque la mitad de la deuda de América latina se concentró en apenas diez bancos.
De este modo, el dinero árabe viajó a América Latina. Pero toda fiesta tiene su final. A comienzo del 80 la demanda de petróleo disminuyó. Por lo tanto, también bajaron el precio del petróleo y el ingreso de los países exportadores. Consecuencia: una depresión del sistema financiero.
Para evitar una caída abrupta en los niveles de los depósitos bancarios, se siguió el manual al pie de letra: aumentar las tasas de interés (Entre 1981 y 1982 las tasas superaron la barrera histórica del 20%) para captar nuevos fondos y a la vez restringir la demanda de nuevas deudas. Pero los préstamos tomados fueron pactados a tasa de interés variable, es decir a la tasa vigente al momento de la cancelación, y entonces esa tasa de interés alta sería un óbice para recuperar los dineros prestados, generando un efecto inverso al buscado, los depósitos bancarios disminuyeron por cuanto los deudores no podían cubrir sus deudas.
De este modo, el dinero árabe viajó a América Latina. Pero toda fiesta tiene su final. A comienzo del 80 la demanda de petróleo disminuyó. Por lo tanto, también bajaron el precio del petróleo y el ingreso de los países exportadores. Consecuencia: una depresión del sistema financiero.
Para evitar una caída abrupta en los niveles de los depósitos bancarios, se siguió el manual al pie de letra: aumentar las tasas de interés (Entre 1981 y 1982 las tasas superaron la barrera histórica del 20%) para captar nuevos fondos y a la vez restringir la demanda de nuevas deudas. Pero los préstamos tomados fueron pactados a tasa de interés variable, es decir a la tasa vigente al momento de la cancelación, y entonces esa tasa de interés alta sería un óbice para recuperar los dineros prestados, generando un efecto inverso al buscado, los depósitos bancarios disminuyeron por cuanto los deudores no podían cubrir sus deudas.
José López Portillo. Presidente México 1976-1982 |
La preocupación del mundo financiero era atroz. Se formaron equipos de trabajos integrados por gerentes, funcionarios del Banco Mundial, del FMI, del tesoro norteamericano, entre otros, con dos objetivos principales: 1) Formar un comité o club de acreedores ante el cual deberían concurrir los deudores mexicanos, y, el 2) Lograr que el gobierno mexicano garantice el pago de la totalidad de la deuda del sector público y del sector privado.
El 31/08/1982 el gobierno mexicano dicta el decreto de nacionalización de bancos privados. Todas las partes felices. Los dueños de los bancos locales recibieron una compensación por entregar bancos quebrados, el gobierno porque estatizaba deudas privadas y los bancos extranjeros lograron que sus perdidas sean asumidas por el estado. Ah, y el pueblo mexicano también se mostró feliz con el renacimiento de la revolución nacionalista del PRI que fue festejada por más de 200.000 personas en la plaza del zócalo de la ciudad de México. Este caso es significativo en la historia de los endeudamientos desenfrenados y sus consecuencias. México destapó la olla con la declaración de cesación de pagos y con la solución ofrecida a tal situación.
Reagan&Figueiredo |
En otras palabras, en el Palacio de Itamaraty, El FMI fue ascendido a juez supremo en el proceso de renegociación de los pagos de las deudas de los países deudores y a partir de entonces, el organismo aumentó sus facultades para imponer las políticas económicas, establecer las metas fiscales, proveer las recetas para cumplir e inspeccionar el cumplimiento de las metas. El FMI se transformó en una especie de vaticano financiero. El consenso de Washington fue la biblia; y a la vez un dictador que podía entrar cuando sea su voluntad a las casas de sus deudores para ordenar o ajustar las cuentas.
Observamos que las consecuencias de la batalla del Yom Kipur no fue el simple aumento del precio del barril de petróleo. Sino que además generó un proceso de endeudamiento en los países del tercer mundo quienes a la hora de devolver se vieron asfixiados y los banqueros se aliaron para evitar un colapso de sus patrimonios y ganancias producto de los incumplimientos.
Quedaron dos legados dolorosos para América Latina. El primero fue el nuevo rol del FMI, y el segundo el término neoliberalismo que fue utilizado por vez primera en ese contexto para reclamar el nacimiento de un nuevo liberalismo que deje sepultado al liberalismo clásico o manchesteriano. En otras palabras, los banqueros reclamaban abstencionismo para negociar con cualquiera, para cobrar mientras se pueda, pero frente a la imposibilidad de cobrar el dinero libremente prestado en negociaciones privadas, entonces se necesita que el estado intervenga y garantice los pagos.
Quedaron dos legados dolorosos para América Latina. El primero fue el nuevo rol del FMI, y el segundo el término neoliberalismo que fue utilizado por vez primera en ese contexto para reclamar el nacimiento de un nuevo liberalismo que deje sepultado al liberalismo clásico o manchesteriano. En otras palabras, los banqueros reclamaban abstencionismo para negociar con cualquiera, para cobrar mientras se pueda, pero frente a la imposibilidad de cobrar el dinero libremente prestado en negociaciones privadas, entonces se necesita que el estado intervenga y garantice los pagos.
Cr. César López
Abrapalabras
Interesante contador
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